Decía Blaise Pascal que “El hombre tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que le sostiene”. La ilusión es la fuente de nuestra motivación, nos produce alegría y nos mantiene con esperanza por el futuro. Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos perdido la ilusión en un amor, en un proyecto laboral, incluso, la ilusión por vivir.
En la situación que nos está tocando vivir, marcada por la pandemia, se ha incrementado el número de personas que están padeciendo problemas como el estrés, la depresión y la apatía vital. Estamos pasando por un momento en el que, tras tantos proyectos frustrados y pérdidas, nos resulta más complicado mantener esta fuerza vital que tanto necesitamos.
Sin embargo, ahora, precisamente, AHORA, es cuando más necesitamos ilusionarnos.
¿Qué podemos hacer para recuperar la ilusión?
- Asume y expresa tus emociones: Intentar mantener oculta la tristeza, la ira o cualquier otra de las emociones consideradas «negativas» no te sirve. La emoción sigue ahí. Además, lo único que vas a conseguir es empeorar las cosas. Las emociones están para transmitirte un mensaje. De forma que es mejor escuchar el mensaje que esa emoción que te invade tiene para tí y, después, dejarla marchar. Es de gran ayuda, verbalizar tus emociones con alguien de confianza: amigos, familia, pareja,… y, si no te sientes cómodo transmitiendo tu sentir a alguien de tu entorno, acude a un terapeuta o a un grupo de autoayuda.
- Focalízate en lo bueno que tienes y agradece las cosas positivas que te ocurren cada día. Por mal que vayan las cosas, siempre hay algo por lo que tienes que estar agradecido. Un buen ejercicio es, todas las noches, antes de dormir, rememorar 3 cosas positivas que te hayan ocurrido y recrearte en ellas.
- Pon orden en tu vida. Si tu entorno es caótico, es difícil que encuentres tu paz mental. Así es que ¡¡Fuera el desorden!! Mantén tus espacios limpios y ordenados, deshazte de las cosas que no utilizas, tira la ropa que no te pones, ….El orden en tu entorno te ayudará a planificar mejor otras áreas de tu vida.
- Date pequeños placeres. Es importante que cuides de tí mismo. A veces, estamos involucrados sólo en cumplir con el trabajo, los hijos, la pareja,….. Tú eres el protagonista de tu vida. Para poder dar a los demás, primero, te tienes que cuidar tú. Así es que mímate, dedica una parte del día a hacer aquellas cosas que te gustan y con las que disfrutas.
- Piensa en positivo. De todas las experiencias se aprende y no existe el fracaso. Fracaso es no hacer algo que quieres y no hacerlo por miedo, inseguridades,….. Mejor hazlo y, si no sale bien, algo aprenderás. Además, a veces tocar fondo, nos sirve para darnos impulso, y recuperar la ilusión por las cosas y las personas. Evita ser tu peor juez. Demasiado a menudo, somos muy duros con nosotros mismos, y nos hacemos daño, porque nos queremos mal. Darnos un poco de tregua, pensar que lo que nos está pasando tiene un sentido en nuestras vidas en ese momento, nos va a ayudar a enfocar nuestra vida con más positividad.
- Ponte objetivos realistas, medibles, alcanzables y con plazos de tiempo. Si enfocamos nuestras ilusiones en pequeñas metas orientadas al objetivo a medio/largo plazo que queremos alcanzar, fomentamos el empleo de nuestras fortalezas. E iremos obteniendo refuerzos en el tiempo que nos mantendrán orientados hacia nuestro objetivo. Al irte reforzando por tu logro, estarás más motivado e ilusionado por continuar y todo se hará más llevadero.
Piensa que la vida es sólo una y merece la pena vivirla plenamente ¿A qué estas esperando??