Dicen que «si quieres encontrar el amor de tu vida, te mires en el espejo«. Y es una frase con mucho trasfondo. Para poder establecer relaciones amorosas sanas, es fundamental que nos amemos a nosotros mismos. ¿Cómo puedo pretender que alguien me ame, si voy por la vida proyectando una imagen de escaso valor, sino me creo digno de ser amado?
Se define la autoestima como el conjunto de creencias, percepciones, evaluaciones y pensamientos que tenemos acerca de nosotros mismos. La valoración que realizamos está basada en nuestras experiencias con los otros. Pero hay que tener cuidado con esto, porque vivimos en mundos interpretativos y puede que mi creencia esté basada en un error perceptivo que nada tiene que ver con la realidad, pero que va a determinar como me relaciono con el mundo.
Nuestro autoconcepto se forja desde la infancia en la relación con nuestros padres, maestros, compañeros del colegio,…. y a lo largo de toda la vida. Y puede que un refuerzo obtenido en un contexto, lo generalicemos a todas las áreas de nuestra existencia y a lo largo del tiempo, siendo sólo aplicable a una situación concreta. Imaginemos el niño Manolito que un día en el colegio le hicieron salir a hablar delante de sus compañeros, lo paso fatal y ahora de adulto es incapaz de hablar en público. Nuestro comportamiento tiene siempre una intención positiva. En este caso, los sudores fríos, la tartamudez, la sequedad de boca que experimenta Manolo es una protección que desarrolla para evitar la sensación de ridículo y la inseguridad que sintió de pequeño. ¿Es una creencia adaptativa? Realmente no. Pero ¿Cómo puede cambiar Manolito esta creencia limitante?
Somos nuestro peor enemigo. Nadie emite juicios tan destructivos contra nosotros, como nosotros mismos. ¿Cuántas veces nos decimos «no puedo», «no valgo para esto». Queremos algo y, sin embargo, nuestra falta de autoconfianza nos lleva a bloquearnos y dejar de luchar por lo que deseamos. ¡Seamos justos con nosotros!
¿Qué nos indica que sufrimos de baja autoestima?
- Te sientes poco atractivo, con escasos recursos
- No te sientes merecedor de las cosas buenas de la vida
- Te sientes culpable, si dices que «no»
- No expresas tus gustos u opiniones por miedo a ser rechazado o por pensar que mis opiniones no tienen el mismo valor que las opiniones de los demás
- No te esfuerzas por conseguir lo que quieres, ya que crees que no lo vas a lograr
- Sueles atribuir a causas externas tus logros y a causas internas tus fracasos
- Ves al resto de personas o superiores a tí y te gustaría ser como ellos
- La toma de decisiones se convierte en algo muy difícil para tí. Tienes miedo a equivocarte. Preguntas a todo el mundo y, al final, dejas que decidan los demás por tí.
- Te sientes evaluado constantemente en situaciones sociales
Si te has respondido que sí a alguna de estas cuestiones, tu autoestima está en peligro.
¿Cómo deberíamos tratarnos para cuidarnos y potenciarnos, en lugar de boicotearnos?
- Sé realista en tu autovaloración. Seguro que tienes defectos ¿Quién no? Pero también tienes virtudes. Trabaja para mejorar en tus debilidades y potencia tus fortalezas. No se trata de ser perfecto, se trata de ser feliz a través de tu autoconocimiento y de tu autoaceptación.
- Focalízate en lo positivo. La realidad tiene sus cosas malas, y tampoco debes dejar de ser consciente de ellas. Pero haz el ejercicio de tratar de focalizarte en lo que sí tienes, en lugar de en lo que te falta. Ya no sólo porque tenderas a atraer más cosas buenas, sino porque vivirás más feliz, que al fin y al cabo es de lo que se trata, ¿verdad?
- Ponte metas realistas que puedas ir cumpliendo y felicítate por tus logros. Veras que poco a poco irás logrando aquello que deseas. Y, si fracasas, no te culpes de tus errores. Recuerda que estás aprendiendo, la próxima vez irá mejor.
- No te compares con los demás. Porque tenemos la tendencia a no ser justos con nosotros en las comparaciones. Cada persona es un mundo, y tú eres el capitán de tu vida, pon rumbo hacia lo que deseas. Todos tenemos algo bueno que aportar, tienes que encontrar tu propio camino.
- Cuídate, date caprichos, trátate con amor ¿Cuántas veces haces cosas por los demás que no te apetecen? ¿Cuántas veces sacrificas tu bienestar por el de los otros? ¿Has llegado a no saber ni lo que quieres? ¡¡Rompe con esto!! Tienes derecho a satisfacer tus deseos, a ser feliz, a vivir tu vida de la manera que desees.
- Libérate de tus «mochilas». Un trabajo que no te satisface, una relación que te agota,…..Es necesario que tomes el control de tu vida y cambies aquello que te quita energía y te hace infeliz.
- Sé agradecido. Un ejercicio sencillo, de gran efectividad, para hacernos conscientes de las cosas buenas de nuestra vida es todas las noches, antes de acostarte, recuerda tres cosas buenas que te hayan ocurrido. Pueden ser cosas sencillas: esa charla con una amiga, el sabor de un buen café, la agradable sensación del sol calentando tu piel,….. y da las gracias por ellas.
Sólo tienes una vida y cada mañana es un lienzo en blanco ¡Dibuja para tí aquello que te haga feliz!!