Decía Lao Tse que el amor es de todas las pasiones la más fuerte, ya que ataca al mismo tiempo la cabeza, el corazón y los sentidos. No hay nada más apasionante que estar enamorado. El amor nos produce una sensación muy similar a la de cualquier opiáceo. Una sensación de euforia y bienestar. Cuando nos enamoramos y somos correspondidos, mejora nuestra motivación por la vida, nuestra autoestima y nuestra percepción del mundo.
El amor es una de las emociones más importantes de nuestra existencia, Es algo irracional. Pero para que podamos mantener una relación en el tiempo, se requiere de voluntad y compromiso.
Stenberg, el autor de la teoría triangular del amor, decía que hay tres componentes implicados en una relación amorosa: pasión, intimidad y compromiso. La proporción entre estos elementos va variando, a medida que avanza la relación. En las primeras fases, predomina la pasión del enamoramiento inicial y la idealización. Con el paso del tiempo, nos vamos conociendo y van incrementándose la intimidad y el compromiso. Por muy enamorados que iniciemos el proceso, siempre hay altos y bajos que van a requerir de nuestra voluntad consciente de querer permanecer en la relación. Para Stenberg, el amor ideal es el amor consumado. Éste contiene los tres elementos. Es el amor más completo y dificil de alcanzar. Y, aún más difícil de mantener en el tiempo.
¿Cómo podemos lograr una relación de pareja sana ? ¿Una relación feliz?
Hay 6 claves fundamentales para que nuestra relación funcione:
- Nadie es responsable de nuestra propia felicidad. Tenemos que asumir nuestra responsabilidad sobre nosotros mismos. Es cierto que cuando nos enamoramos, el otro con su sola presencia, nos hace sentirnos dichosos. Pero nadie es responsable de la felicidad del otro. No podemos dar lo que no tenemos. Si no nos queremos, difícilmente vamos a poder querer al otro. Y cuando no nos queremos, podemos culpar a nuestro compañero por nuestra infelicidad, o bien, podemos llegar a depender en exceso de nuestra pareja para sentirnos bien.
- La comunicación en pareja es fundamental. Comunicación basada en escucha activa y empatía. Escuchar al otro, hacerle sentir que está siendo escuchado y darle nuestro apoyo, sin buscar soluciones fáciles, ni dar consejos. Simplemente, «estar presentes» para nuestro compañero de vida.
- Ser asertivos y auténticos con nuestra pareja. No es realista la creencia de que si me quiere, debe saber como me encuentro. Nuestra pareja no puede saber el 100% de las cosas que pensamos en cada momento. Actuando desde la asertividad, nuestra comunicación va a estar apoyada en la razón y emplearemos más el sentido común. Lo que incrementa nuestra capacidad para llegar a acuerdos que nos satisfagan a los dos.
- Confianza y honestidad. La confianza es uno de los pilares fundamentales de toda relación. Cuesta adquirirla y se puede perder en un segundo. Por tanto, seamos sinceros. Es mejor la peor de las verdades, que la más pequeña de las mentiras . Cuando no creemos al otro, la relación se enrarece y puede llegar a ser tóxica, proporcionándonos más sinsabores que alegrías.
- Aceptación de nuestro compañero. Tenemos que vivir la relación en el aquí y ahora y aceptar que nadie es absolutamente perfecto. Siempre habrá algo que no nos guste. Lo mismo que nosotros tendremos defectos que nuestra pareja tenga que aceptar. No debemos vivir la relación pensando que en el futuro, esas cosas que no nos gustan del otro, las vamos a poder cambiar. Porque eso no va a suceder.
- Las muestras diarias de afecto son de gran ayuda para mantener la pasión en la relación. Nos hacen sentir especiales y exclusivos. Generan mayor confianza e intimidad y son la base fundamental, para que la vida sexual de la pareja funcione.
En resumen, para tener una relación de pareja saludable es necesaria la voluntad y el esfuerzo constante en cuidar y mimar todos los días nuestra relación. Y tú ¿Qué estás dispuesto a hacer para que tu relación funcione?