Todos tenemos metas que queremos hacer realidad: mantenernos en forma, tener una dieta saludable, llevar a cabo un proyecto… pero, en demasiadas ocasiones, aunque empezamos a realizar algunas conductas bien orientadas al logro de nuestros deseos, no conseguimos mantener la conducta en el tiempo. Pueden ser muchas las excusas “no tengo tiempo”, “no soy capaz”, “esto no es para mí”… Al final somos nosotros mismos los que nos autoboicoteamos en el camino hacia el éxito. Y necesitamos crear hábitos para mantenernos en el camino hacia la meta.
Pero crear hábitos requiere, por nuestra parte, de mucha más energía psíquica y mental de la que utilizamos habitualmente. Necesitamos hacer un gran esfuerzo de autocontrol para sustituir nuestros comportamientos habituales (conocidos y cómodos), por otros comportamientos (nuevos e incómodos). No obstante, si mantenemos la conducta el tiempo suficiente (depende de la dificultad de la conducta que queramos convertir en hábito, pero los últimos estudios establecen un período de 66 días). Bien, si logramos mantener esta conducta el tiempo suficiente, ésta se va a convertir en un hábito. La razón es que nuestro cerebro siempre busca el modo de ahorrar energía, por lo que tiene una tendencia natural a convertir, casi cualquier situación vivida en una rutina.
Pero ten claro que lo más importante es la repetición, repetición y repetición de esas conductas.
Bien ¡Vamos a lo importante!! Cómo crear un nuevo hábito:
- Establece metas específicas. Quizás tengas muchas metas que quieres conseguir, pero ten claro que “quien mucho abarca, poco aprieta” Intenta ser realista y focalízate en un hábito que quieras conseguir, el más importante para ti y nunca más de dos. Porque tendrás más riesgo de fracaso y de abandono. Elegido el hábito que quieres crear, con el tiempo y los logros obtenidos podrás ir haciéndolo cada vez más complejo o exigente. Por ejemplo, si quieres empezar a correr, plantéate como objetivo, al principio empezar a caminar 2-3 km y luego ir incrementando la distancia y la velocidad a la que te muevas.
- Plantéate cómo lo vas a conseguir. Define un plan. Y ¡¡cuidado con las excusas!! En este primer momento, puedes dejarte llevar por la pereza, y encontrar excusas en cualquier parte “No tengo tiempo”, “tengo otras urgencias en el día”. Para este proceso somos nuestro peor enemigo. Identifica las excusas que te pones, y busca como evitar dejarte llevar
- Ponte alarmas o recordatorios de lo que te has comprometido a hacer. No lograrás nunca tu objetivo si se te olvida hacer lo que tienes que hacer.
- Controla tu progreso. Para ello anota tus avances, los días que has logrado llevar a cabo la tarea, los días en los que has fallado y el porqué de este fallo. De este modo, no solo tendrás el seguimiento del logro de tu objetivo, sino que también podrás saber cuales son los obstáculos que te hayan surgido en el proceso, para poder eliminarlos.
- ¡Felicítate por tus logros!! Aunque es posible que hayas fallado algún día, si el balance semanal es positivo, celébralo. El reforzarte positivamente por tus éxitos, incrementará tu motivación para mantenerte en el camino hacia tu meta.
Y recuerda que es cuestión de persistencia PRACTICA, PRACTICA Y PRACTICA
Porque, como dice el proverbio: «Quien siembra un pensamiento, cosecha una acción; quien siembra una acción, cosecha un hábito. Quien siembra un hábito, cosecha un carácter y quien siembra un carácter, cosecha un destino«